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Clasificación |
812g W727
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Autor(es) |
Williams, Tennessee
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Título(s) |
La gata sobre el tejado de zinc caliente
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Edición
Editores
Lugar de Edición
Fecha de edición |
El Mundo Unidad Editorial
Madrid
1999
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Notas |
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Resumen |
La herencia familiar (en dinero e inmuebles) es una prueba que pocos pasan
Alcohólico y, quizá homosexual, el personaje Brick Pollit es probablemente el alter ego de Tennessee Williams, autor de la obra. Esta novela, más bien un libreto para la escena de teatro, mereció dos premios: el Pulitzer y el de la Crítica. Trata un asunto familiar que hace medio siglo (se publicó en 1955) causó mucho alboroto en la sociedad norteamericana pero que, salvo el innegable mérito del escritor, ahora pasaría como uno de tantos vulgares guiones de la televisión comercial mexicana.
Una familia entra en una inusitada actividad de intriga, envidias y patadas en las espinillas porque el padre, dueño de una considerable fortuna y nada menos que de una plantación cuya extensión mide 28 acres del mejor terreno en el delta del Misisipi, está a punto de morir de cáncer. ¡Y no ha hecho el testamento!
Son dos hermanos Gooper y Brick y sus respectivas esposas, Mae y Margaret. Es gente que no se anda por las ramas sacándose la lengua. El jaque mate por delante: Gooper y Mae tienen cinco hijos y otro que está por nacer. Además Gooper es abogado. Brick, en cambio, es alcohólico. Otrora un gran deportista pero que ahora es por completo indiferente a todo, incluida su esposa Margaret con la que ni siquiera se acuesta. Margaret, además, no tiene hijos. El alcoholismo de Brick hace que duerman separados y una cierta incapacidad en la biología de ella no le permiten concebir. En un momento ella le dice a Brick: “No estoy viviendo contigo. Ocupamos la misma jaula”. No hay duda de quiénes son los que van a aparecer favorecidos en el testamento. El padre se inclina por Brick pero no ve claro. Alcohólico, tal vez homosexual, y sin hijos...
Es cuando se revela el carácter y la voluntad de Margaret. La vida la ha colocado en la posición más difícil. Exactamente como se encontraría una gata arrojada sobre un techo de láminas metálica que estuviera muy caliente:”Me siento todo el rato como una gata sobre el tejado de zinc caliente”, dice.
Y cuando el otro matrimonio echa las campanas al vuelo, poniendo por delante su fertilidad, y por otro lado la esterilidad de Margaret, ésta anuncia que está embarazada. No le creen pero ella sigue sosteniendo su verdad. Finalmente hace que el otro matrimonio entre en duda y vea que ha sido derrotado. La herencia se irá para con Brick, el hijo favorito y que ahora, finalmente, va a tener descendencia.
No es cierto que Margaret vaya a tener un hijo pero se propone concebirlo para esa noche. Ha ido a ver al ginecólogo y le dice que es su día fértil. Le esconde las botellas de licor a Brick al tiempo que le dice: te las devolveré hasta que haya pasado esta noche. Cuando esté embarazada los dos nos emborracharemos celebrando mi embarazo. Y como Margaret es bella, está buena y tiene un temperamento de esos que, proponiéndoselo no deja escapar ningún espermatozoide, el otro acepta. Un alcohólico es capaz hasta de acostarse con su mujer con tal de recuperar su botella de licor. Por lo demás, una de sus frases de Margaret es que “El fuego no se apaga si no nos enfrentamos a él”.
En realidad la herencia para Margaret está en segundos planos. Lo que la hace tomar esa decisión es el gran amor que siente por su marido, aunque sea un alcohólico y tal vez homosexual. Pero hay algo más de fondo. Quizá su esterilidad se deba a cierto sentimiento de inferioridad de Margaret frente a Brick. Pero cuando se da cuenta que, el otrora fuerte atleta ahora es un ser no tan fuerte, le dice: “Solía pensar que eras más fuerte que yo y no quería que me dominaras. Pero ahora, desde que das a la bebida...soy más fuerte que tú y puedo amarte auténticamente”. Para ella todo está en función de amarlo, no de dominarlo. Y en toda la obra no se encuentra una sola mención que ese amor sea una inclinación masoquista por parte de Margaret.
Si sale a relucir lo que algunos sociólogos han escrito de los norteamericanos en el sentido que en esa sociedad la mujer es la que dice y los hombres los que hacen. La obra termina con estas palabras de Margaret hacia su querido marido: “Ah, vosotros los débiles, vosotros, débiles y hermosos...Los que abandonáis...Los que queréis es alguien...que se encargue de vosotros...dulcemente, dulcemente, ¡con amor! Y ...yo te quiero de verdad, Brick,¡te quiero!”
No hay final feliz en esta obra. Se trata de un mundo familiar que se pudre día con día. Sólo Margaret, con su gran voluntad, su enorme amor por el marido y su anhelo de tener un hijo, puede revertir todo. Pero, en tanto no lo logre, esta gran mujer se encontrará como una gata sobre el tejado de zinc caliente... |
Descripción |
92 p. |
Copias
No de registro | Status | Lugar |
193 |
Disponible | TEA |
194 |
Disponible | TEA |
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