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Clasificación
398.8 P716
Autor(es)
Plath, Oreste
Título(s)
Gran libro del folclor chileno: Origen y folclor de los juegos en Chile
Edición
Editores
Lugar de Edición
Fecha de edición
Editorial Copesa
Santiago
2008
Notas
Resumen
La antigüedad de los juegos no se podría determinar, ni aun conjeturar con seguridad en qué punto de su larga historia el hombre empezó a jugar. Todo lo que sabemos con certeza es que muchos juegos, algunos de los cuales todavía hoy se efectúan casi sin haber sufrido transformaciones, tienen miles de años. El origen de los juegos es contemporáneo al de las sociedades. En épocas lejanas, en lugar de ser propiedad de los niños, constituían el bien personal del mago, del chamán, que al utilizarlos con fines religiosos atribuían su invención y su primer uso a los dioses. Desechados por el sacerdote para sus prácticas, en lugar de extinguirse cambiaron de destino y emprendieron un nuevo rumbo. Se ha comprobado que los ritos del culto, una vez en desuso, no desaparecen de un golpe. Después quedaron relegados a juegos de los hombres, luego de las mujeres y finalmente de los niños. Aproximación histórica-folklórica de los juegos en Chile, es un acercamiento a los ritos, mitos y tradiciones en las estructuras lúdicas. Se muestran representaciones simbólicas, astrológicas, relaciones con la magia, el derecho, la religión y la muerte. Aquí está el sonajero que, antes de ser el primer juguete infantil, fue el talismán mágico, para apartar y ahuyentar con su ruido a los malos espíritus. La muñeca, cuando no era objeto destinado a entretener a las niñas, se utilizaba como ídolo. Los zancos ocupaban una parte importante en las danzas para espantar a los espíritus malignos. La rayuela representaba la vida terrena del hombre hasta su entrada al cielo; el columpiarse era una ceremonia mediante la cual liberábanse almas del purgatorio. La taba o el astrágalo, en Grecia o en Roma, era instrumento sagrado, usado por los sacerdotes adivinos que practicaban la astragalomancia. El juego de hacer saltar huesos en el dorso de la mano, es el de las piedrecillas, con el cual se entretenían las niñas de Grecia antigua con cinco trozos de hueso, siendo, presumiblemente, derivación de formas más primitivas de adivinación. A la peonza recurrían los magos para hacerla bailar sobre sus oráculos; el aro fue en su origen un objeto sagrado; el círculo limita una zona mágica. La canción de corro, si no es danzar, es un giro elemental de tipo astronómico. La redondez del círculo y su movimiento circular hace imaginar la esfera celeste; los que en él toman parte son los astros, mientras que el varón o la hembra, situados en el centro, representan respectivamente, el sol y la luna. Las canciones de corro interpretadas por adultos, cuyas melodías se elevaban en honor de los dioses, simbolizaban, gracias y musas, y sus alternativas, movimientos de los astros. El volantín, el cometa tratado en la actividad lúdica, es un elemento astral. Para los griegos la palabra Kome significaba cabellera y Kometen, cabelludo. Por metáfora fue aplicado el calificativo de cometa al cuerpo celeste que se conoce con este nombre. A la pelota, a la esfera al remontar el aire o al rozar la tierra, se le atribuía el poder de estos sendos elementos. El juego al pillarse, es el derecho de asilo en las iglesias. Un criminal perseguido por la fuerza pública, si hallaba un templo a su paso, se introducía en él clamando A Iglesia me llamo y no podía ser extraído de allí sino con licencia especial de la autoridad eclesiástica. Cuando el niño grita ¡Capilla! ¡Capilla!, queda libre por el momento de la persecución. Pero no puede prolongar indefinidamente su permanencia en ella, pues tiene que salir y queda expuesto nuevamente a ser perseguido. Están los romances, las canciones, poesías, adivinanzas, las frases que tienen implicaciones históricas y poéticas, que llegan a explicar estas razones lúdicas. Se cita a los pintores que han tomado este tema, partiendo con el patrimonio del flamenco Pieter Brueghel, el viejo (1530-1569), cuya pintura es un cuadro sinóptico de los juegos que se remontan a fecha anterior al siglo XVI y, muchos de ellos son remembranzas de ritos primitivos.
Descripción
109 p.:il
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