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Clasificación 853mn B664
Autor(es) Boccaccio, Giovanni
Título(s) El decamerón
Edición
Editores
Lugar de Edición
Fecha de edición


Clasicos Juveniles Tacora
Santiago
1997

Notas
Resumen El Decamerón (Decameron o Decamerone, en italiano), subtitulado Príncipe Galeoto (Prencipe Galeotto en italiano antiguo), es un libro constituido por cien cuentos, algunos de ellos novelas cortas, escritos por Giovanni Boccaccio entre 1351 y 1353. Desarrolla tres temas principales: el amor, la inteligencia humana y la fortuna. Los diversos cuentos de amor en el Decamerón van de lo erótico a lo trágico. Son relatos de ingenio, bromas y lecciones vitales. Para engarzar las cien historias, el libro está construido como una narración enmarcada. La obra comienza con una descripción de la peste bubónica (la epidemia de peste negra que golpeó a Florencia en 1348), lo que da motivo a que un grupo de diez jóvenes (siete mujeres y tres hombres) que huyen de la plaga, se refugien en una villa en las afueras de Florencia. Probablemente, Boccaccio concibió el Decamerón después de la epidemia de 1348, y lo terminó en 1353. Además de su valor literario y amplia influencia (por ejemplo en Los cuentos de Canterbury de Chaucer), documenta la vida de la época. Escrito en el vernáculo dialecto florentino, está considerada una obra maestra de la prosa temprana en italiano. Giovanni Boccaccio retrató a una sociedad acorralada por la peste bubónica. En su Decamerón, cuestionó cómo preservar la vida en una pandemia sin destruir a su comunidad y cómo hacerla perdurar sin las vilezas que la enfermaron. La peste bubonica desembarcó en Sicilia de buques que provenían de Siria, y se esparció por Europa sembrando muerte, ruina y paralizando el frenético ritmo social de las ciudades. En 1348, el mundo de Giovanni Boccaccio y el destino de la ciudad de Florencia cambiaron de manera dramática. El entonces centro mercantil condenado por el flujo de viajeros y comerciantes, se volvió el centro de la pandemia y sus murallas se convirtieron en el símbolo de una ciudad sitiada y aquejada por la enfermedad. El comercio se detuvo, la comunicación entre poblados y regiones cesó, y los florentinos adoptaron el distanciamiento social como una medida que probó, en ese momento, ser ineficaz ante una enfermedad de la que se sabía poco, que se ignoraba cómo se transmitía, no por contacto humano sino por la mordedura de pulgas, roedores o parásitos; y con la aparición de bubones negros en el cuerpo, mataba a sus víctimas apenas pasado el tercer día. Vacía casi de habitantes, la ciudad veía enfermar y morir por millares a sus ciudadanos desprovistos de sacramentos, medicina o consuelo. Muchos habían huido de la ciudad al campo, abandonando propiedades y dejando atrás a sus enfermos, y otros, retenidos por la pobreza, la necesidad o la esperanza, permanecieron recluidos en sus casas. Las víctimas de la peste perecían en soledad y anunciaban la muerte a sus vecinos con el hedor de sus cuerpos que, ante la insuficiencia de los cementerios, eran transportados en tablillas de madera y enterrados por centenas en fosas comunes.
Descripción 128 p.

 

 
 
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